Mientras fuimos creciendo
Mi nombre es Karol Valencia, soy de
Quisiera compartir algunas cositas que me parecen más que hermosas de este gran hombre... primeramente, contarle que amo al Laredo más que a mi vida misma, y que si me dieran a elegir volver y quedarme en alguna época de mi vida, sin pensarlo ni un segundo diría a mi época del Cole. Entré al colegio el 89 y desde el primer día en que entré a clases me di cuenta que las cosas eran como de otro mundo, yo venía del Colegio Mariknoll donde las profesoras no preguntaban jamás que pensábamos, nos controlaban todo hasta los mínimos movimientos, y al llegar al Laredo lo primero que cambió fue que los profes nos pedían que analizáramos las cosas, cero memoria, entonces ahí pasé de ser la número 56 de una lista de alumnos, a ser una persona que tiene pensamiento y decisiones propias, ese fue el primer cambio fundamental que hizo que nuestra infancia fuera ya de hecho diferente a las de los demás niños... en el primer recreo a eso de las 9:10 a.m. veíamos llegar a nuestro papá amigo Don Franklin con el característico cigarrito entre los dedos, se abría la puerta del colegio y él empezaba a acariciar a todas las niñas agarrándonos de las colitas y dándonos un beso en la frente, y a los chicos les hacía una caricia particular jalándoles de las patillas ja ja, era un momento en el que todos los que estábamos cerca lo recibíamos con cariño, tenía un misky, un aire que sólo inspiraba acercarte a él y mientras más cerca estabas sentías su paz, siempre irradió una paz interna infinita característica de las personas que dan la vida por los demás... era un sentimiento sobrenatural, algo que no puedo explicar con palabras porque va más allá de esquema...
Y así, una tarde en un día cualquiera, estábamos en clases de solfeo con Pachita Anaya y obviamente, mi mejor amiga Daniela Seguel y yo estábamos en plena conversación ja ja ja porque éramos muy habladoras, y Pachita nos echó de clases mandándonos a
Pero el aprendizaje no solamente fue para los estudiantes del colegio, sino sobretodo para los padres, que en las reuniones recibían cuentos y anécdotas en vez de "Estados Académicos", mi mamá siempre se encargó de contarme esto porque ella es Pedagoga y realmente ella lo admiraba de una manera descomunal, me contaba que él les explicaba a los padres de familia que nosotros éramos seres únicos, llenos de sensibilidad por el arte que llevábamos dentro, que éramos niños lideres y que el Colegio no estaba buscando formar estudiantes brillantes académicamente hablando como el San Agustín u otros de esa talla, sino que él quería que seamos ante todo seres analíticos, críticos, creativos, que podamos criar llenos de libertad, libertad de decir, hacer y pensar, que seamos seres humanos que velemos por el prójimo, que seamos justos y equitativos, por eso él se encargaba de que cada año cuarto medio vaya juntamente con los profesores a tomar examen a los colegios fiscales y particulares, por eso crecimos en un ambiente donde las clases sociales simplemente no existían, cada familia aportaba lo que podía y en la medida de sus posibilidades; todo esto les explicaba a los padres por medio de cuentos y anécdotas que relataba mientras fumaba su cigarrito al hablar.
Mientras fuimos creciendo siempre él nos acompañó asistiendo a todos nuestros conciertos y actuaciones en la semana Laredo, el Día de
Bueno, lo primero que pasó fue que una amiga (Machi Lobo) levantó la mano inmediatamente el comunicado nos cayó como baldazo de agua fría, y le preguntó a Ana María el porqué de la medida, Ana María que es excelente persona pero bastante testaruda le respondió que eran políticas del colegio y que se debían acatar, obviamente, Machi volvió a levantar la mano y le dijo que esa no era una razón y que por favor sea franca y que nos diga el porqué de la medida porque era un hecho que se estaba negando la libertad de vestimenta que cada uno tiene y que es propio de la personalidad individual... Ana María roja de rabia le dijo que ellos se tenían que cortar el cabello largo porque éste era antihigiénico... entonces ya se imagina Don Ramón!!! el curso enterito saltó del banco con las manos arriba y alegando total desacuerdo... pero bueno, no todos escuchan verdad? Ana María salió del curso sin dar más explicaciones y se fue... entonces, se armó la gorda! jaja, nos organizamos al tiro y redactamos un comunicado para cada curso, a los que fuimos uno por uno antes de que sonara la campana del recreo, el comunicado decía que
Creo que por el momento, estas vivencias quería contárselas Don Ramón porque creo que son necesarias para que sienta ese amor a la educación, esa manera de entregarse enteramente a nuestra formación, a costa muchísimas veces de su salud y de estar en constantes peleas con el Gobierno que siempre vio en el colegio un excelente medio para querer entrometerse, Don Franklin siempre peleó por nosotros, siempre fue más que un Director, fue un papá un amigo, un sabio que nos regó ese amor incondicional al prójimo, fue ese ser que nos inculcó el amor al arte y a la verdad, nos enseñó que todos somos iguales y que todos merecemos oportunidades, nos enseñó a respetar la opinión del otro y a aprender de nuestros errores, nos enseñó que compartir nos hace inmensos es por eso que profesores y estudiantes éramos una familia, nos mostró que el mejor camino de un líder Laredista es buscar en el arte la verdad, que la humildad debe ser innata porque el arte debe llegar a todos los que nos rodean. La verdad, le debo tanto a ese maestro amigo, al Laredo, a mis profesores amigos, a mis compañeros hermanos, a nuestros padres que no se entrometían en nada porque Don Franklin siempre quiso que nosotros seamos los que decidamos qué es lo que queríamos y que vislumbráramos qué necesitábamos, le debo tanto a todos estos actores, que yo no sería lo que soy si habrían faltado ellos y sobretodo, si no habría existido Don Franklin que diseñó como gran arquitecto una educación integral, donde nos desplegábamos en los principios del Cole con total Libertad y Creatividad.
Espero que le ayude de alguna manera para plasmar el amor de este ser increíble en sus letras biográficas. Cualquier duda o mala redacción por favor hágamela saber, con todo gusto le contestaré, y por favor disculpe el testamento que le escribí ja ja, realmente todas las palabras fluyeron del alma, y mientras escribí cerraba los ojos, sonreía y lloraba porque sentía que volvía a revivir esos momentos inolvidables.
Karol Valencia Cardona
Cel. 506 - 8390 4067
San José - Costa Rica
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